
Expolición
Novedoso tipo de represión
Amado Sanmartín Hernández
Hay sucesos y acontecimientos que siempre permanecerán vivos en la memoria de la humanidad; son la narrativa por muy dolorosos que resulten, de la historia de lucha de los pueblos por sus libertades y derechos y contra los excesos y abusos del poder.
En ese contexto de los pueblos con su propia historia, la de Oaxaca ha sido la de una lucha constante, sin descanso contra una clase gobernante que ostentándose como chovinistas democratizantes, izquierdistas, indigenistas y humanistas -solo porque participaron en algunas marchas de reclamos al priato-, recurre a nuevas prácticas para ejercer el mando, pero reproduciendo los antiguos patrones de regímenes pasados para contener el descontento popular y administrando los mismos conflictos y crisis que deja crecer, ocultando la falta de soluciones con gozonas y folclor.
Esta ha sido una nueva forma que el gobierno morenista trata de vender como una novedosa manera de mantener al pueblo contento, pero sin solucionar de fondo sus reclamos mas sensibles.
Al igual que el priato, tampoco da cumplimiento a sus promesas de campaña, acuerdos y minutas que el mandatario y su gabinete firman en sus recorridos de “gozonas” y en el mismo palacio de Gobierno.
Hay promesas que datan desde el principio de este sexenio, pero cuando ya no tienen mas patrañas o engaños que ofrecer, recurren ya no a la fuerza pública para no ser tan obvios, sino a los grupos de choque que están haciendo el trabajo sucio de los gobiernos del Estado y municipal de la ciudad para contener el descontento popular.
Hasta ahora, el gobierno cree haber encontrado la solución para detener el descontento de la población, amenazando a los manifestantes con iniciarles un expediente penal, porque ya sabe quienes son y tienen sus fotografías. Esta ha sido una amenaza constante y peligrosa de parte del secretario de Gobierno, quien advierte a los revoltosos que se calmen o se procederá contra ellos pues ya están plenamente identificados.
Si este señor y su jefe el gobernador dice que anduvieron en la lucha social, deben saber que amenazas de este tipo, nunca han hecho declinar las aspiraciones democráticas del pueblo oaxaqueño, como lo demostró hace 19 años contra el “régimen de la barbarie” de Ulises Ruiz, pero anteriormente ya lo había hecho con los regímenes de Manuel Mayoral Heredia, Edmundo Sánchez Cano y Manuel Zárate Aquino. Estas brutales represiones han tenido un costo muy alto, pero el poder parece no entender que los derechos, las libertades y la vida de los oaxaqueños deben respetarse.
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En los regímenes del morenismo y como si llevaran por dentro un play back, desde la presidenta de la República y los gobernadores, no dejan de repetir que ahora ya no habrá represión. Seguramente se refieren a la barbarie del diazordacismo y el halconazo del 10 de junio del 71.
En Oaxaca insiste el gobierno del morenismo en el poder en que ya no habrá otra represión como la del 2006 y la matanza de maestros en Nochixtlán en el mandato de Gabino Cue. Si se observa, el gobierno federal ha sabido contener sus ardientes deseos de mandar a sus tropas contra los manifestantes que constantemente ocupan plazas y el zócalo de la ciudad de México.
En otros tiempos la respuesta gubernamental hubiera sido distinta, pero ahora el choque entre manifestantes y la fuerza pública no ha tenido heridos y detenidos sin resultados que lamentar.
La represión no ha sido tan frontal, ni tan bárbara por el abuso excesivo de la fuerza pública; la nueva táctica gubernamental al no poder solucionar los conflictos oportunamente ni cumplir las promesas, recurre a la espera y al cansancio de la gente.
La presidenta Claudia Sheinbaum, bajo lluvias, granizadas, sol y frio mantuvo a los maestros de la CNTE 20 días en el zócalo de la Ciudad de México, sin dar respuesta a la abrogación de la ley del ISSSTE y la reforma educativa.
No hubo necesidad de apalear, gasear o balear a los maestros, pero todo parece que fue el resultado de que levantaran el plantón, el cansancio y la falta de cumplimiento de la promesa que desde su campaña presidencial les había hecho la doctora Claudia Sheinbaum de cancelar las dos principales causas de su lucha. Igual promesa le había hecho a la CNTE, también desde su campaña, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los maestros de la CNTE dijeron que regresarán a las calles para continuar su movimiento; son un gremio combativo que siempre defenderá sus conquistas sindicales y de la sociedad, aunque a un costo muy alto. Así pues, parece que un novedoso tipo de represión contra la lucha social será someter a la gente a una larga espera y al cansancio para restarle fuerza a las luchas populares.
Esta práctica es la que está llevando a cabo el gobierno de Oaxaca, que insiste en que ya no habrá represión, ya no tan violentas y sangrientas, sino una especie de escaramuzas con grupos de choque, para que no se aprecie la mano del oficialismo contra los movimientos sociales, ambientalistas, defensores de derechos humanos y del territorio.
Ahora, el gobierno tartufo de Oaxaca tendrá que reprimir sus instintos gorilescos de desatar una represión cruenta y frontal contra sus opositores si no quiere ser derrocado, aunque falta la revocación de mandato.
So long raza