Expolición / Otra medalla / Amado Sanmartín Hernández

Expolición Otra medalla Amado Sanmartín Hernández
Expolición
Otra medalla
Amado Sanmartín Hernández


¡Malditos! Aquellos regímenes de antropoides que como Herodes matan a sus niños, muchos todavía en el vientre de sus madres. Son los gobiernos sátrapas, corruptos, saqueadores, autoritarios, represivos, pero que presumen de ser demócratas, de izquierda y humanistas, como pregonan los tartufos morenistas de Oaxaca por las cuatro esquinas del planeta, empeñados en desmentir la realidad y andar persiguiendo los fantasmas del pasado; solucionando las crisis oaxaqueñas con guelaguetzas y gozonas que serán norma en la nueva Constitución de Oaxaca. Pero.. si en Oaxaca la criminalidad y la inseguridad crecen, el gobierno considera que un buen antídoto para solucionar los males y dar la apariencia de que aquí no pasa nada, es llevar la estridencia de los lunes del cerro por todo el mundo, siendo el mayor logro de este régimen que la presidenta de la República esté presente en estas fiestas. (A ver si esta vez la doctora Claudia Sheinbaum visita el parque Primavera, la obra faraónica del gobierno morenista, el cual ya no impresiona a nadie). Muchas cosas graves ocurren en Oaxaca, pero esto nada mas lo sabe la gente, porque el gobierno parece mirar para otro lado y concentrarse en nuevas ocurrencias, discursos hiperbólicos y ver, como Nerón, cómo las llamas suben por la pradera, producto de una inestabilidad social, para la que no se ve ninguna salida. Esta atmósfera tóxica de incertidumbre se extiende cada vez mas  por el Estado, a raiz de la migración de bandas delincuenciales, que no parece sino que están operando, si no en contubernio, sí con la permisividad de las autoridades que les tienden la alfombra roja. Y es en el istmo de Tehuantepec en donde se concentran estos nucleos delincuenciales, pues es donde mayormente ocurren ejecuciones a pesar de que la zona por la importancia del corredor transístmico es vigilada por policías municipales, estales, soldados y marinos. La presencia de las fuerzas del orden se supone que traería a la zona paz y seguridad, pero ocurre que irónicamente los delitos se disparan de forma escalofriante… Pero qué dice el gobierno ante esta situación de inseguridad y muerte? Pues que no pasa nada y que los crímenes dolosos, feminicidios, asaltos, ejecuciones… van a la baja. Es decir que por cada hecho delictivo, su número se reduce. Ni Pitágoras obtendría este resultado.
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LA peligrosa crisis de seguridad en Oaxaca no desaparecerá solo con negarla o ignorarla, menos por un decreto que se le ocurra al tal Geovani, el Rasputín del gobernador; tampoco culpando a los fantasmasi del pasado, que por cierto el gobernador y el secretario de gobierno los demonizan, pero extrañamente nunca se refieren al “régimen de la barbarie” de Ulises Ruiz, tal vez por la cercanía que mantuvieron con él, durante el movimiento social del 2006. Todo mundo se pregunta porqué esa necedad de la administración morenista en no reconocer las estadísticas escalofriantes de asesinatos y ejecuciones en todo el estado y en la propia capital, como acaba de ocurrir en el Parque del amor, donde tres adultos y un menor fueron asesinados dentro de una camioneta. 

En este caso se prueban una vez mas las insistentes mentiras del Gobernador, el secretario de Gobierno, el de Seguridad Pública, el Fiscal del Estado… acerca de que la seguridad de los oaxaqueños está garantizada, debido a la eficacia de los cuerpos policiacos que se han profesionalizado y preparado para reducir el índice delictivo. Extrañamente en ese lugar tan peligroso donde ocurrieron los cuatro homicidios, no había ninguna cámara que registrara los sucesos, cuando en las conferencias no deja de mencionarse ésta red de vigilancia para identificar y perseguir a los autores de la comisión de delitos. Extrañamente también en Juchitán fueron retiradas estas cámaras porque según la policía, servían a la delincuencia, zona donde según el secretario de Gobierno, los operativos han sido exitosos. 

Por cierto también habría que decirle al Fiscal del Estado que las bandas delincuenciales  en Oaxaca, no tienen mas de cincuenta miembros, solamente Rafael Caro Quintero estuvo sumando decenas de hombres para que le vigilaran su rancho ubicado en la colonia El Búfalo del estado de Chihuahua. 

Pero aparte de la inseguridad, de los feminicidios, ejecuciones, corrupción e impunidad gubernamental, Oaxaca vuelve a estar en las marquesinas del planeta cuando la Red de Derechos de la Infancia en México, lo honra con un tercer lugar nacional en homicidios de niños, solamente debajo de los Estados de Guanajuato y Michoacán. Es otra medalla para el régimen de izquierdistas adoctrinados de Oaxaca, que sigue los pasos de Herodes.
So long raza.

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