Visión Política / Cerrando fuerte / Por: Fernando Cruz López

Visión Política / Cerrando fuerte / Por: Fernando Cruz López

Visión Política

Cerrando fuerte.

Por: Fernando Cruz López

Mientras buena parte de la clase política mexicana comienza a bajar el ritmo con el argumento del cierre de año, en Oaxaca ocurre lo contrario. El gobernador Salomón Jara Cruz decidió cerrar el calendario no con balances de escritorio, sino con presencia territorial. Recorre regiones, encabeza actos públicos, supervisa obras, anuncia nuevas inversiones y vuelve a comprometerse —de frente a la gente— a redoblar esfuerzos. El mensaje es claro: el gobierno no tendra vacaciones.

En estos días, el mandatario estatal se ha convertido en el principal promotor de los resultados de sus tres primeros años de administración. No lo hace desde una tarima distante, sino caminando comunidades, dialogando con autoridades municipales y explicando, con datos en mano, qué se ha hecho y qué viene. Esa intensidad ha generado una lectura inevitable en el ámbito político: el ritmo del gobernador supera, por mucho, la capacidad operativa y de reacción de varios de sus propios funcionarios.

Jara Cruz mantiene una agenda que pocos pueden seguir. Mientras algunos integrantes del gabinete optan por el repliegue o la cautela, el gobernador acelera. Anuncia nuevas obras de infraestructura, compromete recursos para caminos, salud, educación y servicios básicos, y deja claro que el proyecto de transformación en Oaxaca no se administra con inercias, sino con presencia constante. La política, en su visión, se hace caminando el territorio, no esperando informes.

Este cierre de año confirma un estilo de gobierno: Salomón Jara no gobierna desde la comodidad del despacho. La narrativa de los “tres años” no es un punto final, sino una plataforma para lo que viene. De ahí su insistencia en hablar de futuro, de metas pendientes y de la necesidad de redoblar esfuerzos. El gobernador entiende que la evaluación ciudadana no se congela en diciembre; se construye todos los días.

En un entorno donde muchos de sus funcionarios ya piensan en vacaciones o en el siguiente ciclo político, el gobernador manda una señal contundente: en Oaxaca no hay tregua para vacacionar. Y esa intensidad, guste o no, coloca una presión adicional sobre su equipo. El mensaje es tan político como administrativo: quien no alcance el ritmo, simplemente se quedará atrás…Sigame en X como @Visionpolitica7

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