En este municipio conurbado de la ciudad capital, la penúltima tarde de octubre el "frío de muertos" se acompaña lo mismo con los acordes de la "Toccata y fuga en Re menor", un clásico del músico y maestro de capilla alemán, Johann Sebastian Bach que con "La cumbia del mieditis" del compositor oaxaqueño, Irlando Pérez Jímenez
Y es que los jóvenes músicos del Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe (CECAM), originarios de Santa María Tlahuitoltepec, le dieron "una nueva vida" al arranque del programa actividades de los Fieles Difuntos organizado por el ayuntamiento de Santa Cruz Xoxocotlán.
La presidenta municipal de esta ciudad, Nancy Benítez Zárate, acompañada del Secretario de las Culturas y Artes, Flavio Sosa Villavicencio y el director de la Zona Arqueológica de Monte Albán, David Andrade Olivera, subrayó la importancia de contar con agrupaciones musicales de alto nivel para disfrute y conocimiento de los ciudadanos.
Bajo la dirección del maestro Luis Porfirio Gutiérrez Vásquez, la banda musical del CECAM abrió el concierto ante un público que llenó el parque municipal. La pieza de Bach, considerada una de las obras más reconocidas del barroco, ha inspirado a artistas de distintos géneros y ha sido parte de películas, series y videojuegos.
“Las interpretaciones están mayormente relacionadas con los Días de Muertos”, explicó el maestro Gutiérrez Vásquez en entrevista.
“La Toccata y fuga" se maneja como algo terrorífico, se asocia con los muertos, mientras que "Ecos de Verdi", es un clásico, pero nosotros la adaptamos a algo más moderno. También incluimos en el repertorio "Danza macabra", de Camille Saint-Saens que habla del diablo llegando con su violín y pone a bailar a los muertos", explicó.
El programa continuó con un popurrí de John Williams, compositor estadounidense de algunas de las bandas sonoras más conocidas del cine. El público reconoció temas de E.T., El Extraterrestre, El Imperio Contraataca y Tiburón, además de oberturas escritas para los Juegos Olímpicos.
El repertorio también incluyó piezas de raíz mexicana, entre ellas, destacó “La Bruja”, del compositor oaxaqueño José Luis López Santiago, originario de Matías Romero, en el Istmo de Tehuantepec. Aunque su autor era oaxaqueño, la canción se popularizó en Veracruz y hoy es considerada un ícono del son jarocho.
Otra de las interpretaciones más aplaudidas fue “La Llorona”, una canción de origen popular vinculada a la leyenda del mismo nombre.
Señalan los historiadores que en la década de 1940, el escritor oaxaqueño Andrés Henestrosa escuchó la melodía en el Istmo de Tehuantepec y la recopiló y arregló, dando forma a una versión que se convirtió en himno de la música mexicana. Su legado ha sido retomado por artistas como Lila Downs y Cuco Sánchez, quienes han mantenido viva su fuerza emocional.
El cierre de la noche llegó con "El Dios nunca muere" del maestro Macedonio Alcalá, obra considerada un segundo himno para Oaxaca. “Interpretarla en cualquier lugar significa llevar con nosotros el espíritu oaxaqueño”, dijo el director de la banda de música del CECAM. “Siempre tiene que estar presente”.
El maestro Gutiérrez Vásquez destacó que la misión del CECAM va más allá de los escenarios: “Desde pequeños formamos a las y los músicos. Tenemos desde la banda infantil hasta la banda grande. La esencia es formar alumnos como verdaderos profesionales, con técnica, disciplina y amor por la música”.
El Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe cumplirá 48 años el próximo 16 de noviembre. En casi medio siglo, ha formado generaciones de músicos que llevan el espíritu de Oaxaca a distintas partes del mundo, preservando su identidad y su lengua a través del sonido.
Esa noche, los aplausos no solo celebraron un concierto, sino una historia colectiva que sigue latiendo en cada instrumento y en cada nota que nace en la sierra mixe que se queda en el corazón de Oaxaca: Santa Cruz Xoxocotlán