Visión Política
Lo dejaron morir
Por: Fernando Cruz López
o dejaron morir. Así, sin rodeos. El alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Alberto Manzo Rodríguez, pidió ayuda una y otra vez. Pidió refuerzos, pidió apoyo, pidió presencia federal. Nadie lo escuchó. Nadie respondió. La noche del pasado sabado, mientras inauguraba el Festival de las Velas en la plaza principal de su ciudad, las balas lo silenciaron.
Lo que ocurrió en Uruapan no es un hecho aislado. Es el reflejo del abandono que viven muchos municipios de México, donde los alcaldes, los policías y los ciudadanos enfrentan solos al crimen organizado. Carlos Manzo sabía el peligro que corría, lo advirtió, lo denunció, pero el gobierno federal no movió un dedo. Lo dejaron a su suerte.
Y esa es la tragedia. Que la valentía en este país se paga con la vida, y la indiferencia con discursos huecos. El alcalde fue asesinado a la vista de todos, en un evento público, bajo las luces que debían iluminar una fiesta. Esa fiesta terminó en luto.
La pregunta que hoy debemos hacernos es dura, pero necesaria: ¿cuántos Carlos Manzo hay en México? ¿Cuántos servidores públicos, cuántos ciudadanos honestos están luchando solos contra la violencia, esperando una ayuda que nunca llega?
Mientras desde los escritorios del poder se redactan comunicados y se promete justicia, los criminales siguen mandando en gran parte del país. Y los gobiernos —federal, estatal y municipal— siguen echándose la culpa unos a otros, mientras los valientes caen.
El asesinato de Carlos Manzo no debe quedar en la lista de “hechos lamentables”. Debe ser un llamado urgente. Porque si el Estado no puede proteger ni siquiera a un alcalde, ¿qué esperanza nos queda al resto de los mexicanos?
En memoria de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan. Que su voz, apagada por la violencia, se convierta en eco para despertar a un país dormido entre el miedo y la indiferencia…Sigame en X como @Visionpolitica7