
Expolición
Ayuda politizada
Amado Sanmartín Hernández
A Isaac René, El bambino
Los lodos que dejó el huracán Erick en los litorales de Oaxaca, pusieron al descubierto, no las condiciones actuales de los estragos que causó el meteoro, sino la pobreza exponencial en que ya vivían esos pueblos, que pese al discurso estrambótico gubernamental, siguen ahora marginados por la politización del apoyo, que solo considera en la reconstrucción a pueblos donde tiene presencia el partido en el poder. Y en medio de esta tragedia, estremece la perversidad del gobernador del Estado cuando dice que las víctimas del huracán no organizaron ninguna protesta, marcha o manifestación, lo que ya era muy loable. Estas palabras demuestran no solo la falta de oficio, sino de humanidad, pues una gente que ha perdido todo, no va a organizarse y protestar porque no le llevan ayuda.
La presidenta de la República solamente vio las huellas de las chozas donde vivían y que fueron arrasadas por el huracán. Si a los que tenían propiedades, plantíos y ganado se les está escatimando el apoyo federal, minimizando sus pérdidas, cuál será la indemnización que se asigne para aquellos que vivían en casas de cartón y para los pocos animales de corral que tenían. Son muchas las comunidades cuyos habitantes quedaron sin un techo, porque no residen en zonas turísticas, a donde se destinan todos los recursos federales para la reconstrucción de hoteles, restaurantes y negocios florecientes. Lo mismo ocurre en Acapulco, al revés de lo que decía Andrés Manuel López Obrador, o sea, primero los ricos y luego los pobres. En Oaxaca, tal vez porque aparte de la guelaguetza, el desastre ciclónico en sus costas ha servido de pasarela al gobernador para presumir no las ruinas del meteoro, sino el folklor y sus gozonas.
El desastre lo han mostrado al mundo los medios nacionales, cuyos “vocingleros” no han tenido empacho en hacer algunas críticas y cuestionamientos a la forma perversa en que el régimen estatal está llevando la ayuda a los pueblos en desgracia, muchos de los cuales como en los Ozolotepec, siguen incomunicados y sin víveres, en tanto el gabinetazo morenista centra toda su atención en las fiestas de los Lunes del Cerro.
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LAS condiciones deplorables en que ha quedado el litoral oaxaqueño por los destrozos del huracán Erick, prueba que el gobierno morenista no ha podido cambiar la realidad a su modo, así presuma que está llevando a Oaxaca a mudarse a un primer mundo “como nunca” lo ha hecho otro régimen… ni los que vienen.
Así de exponencial es su ego, y peor aún cuando no advierte su paralelismo con regímenes del pasado como los de Ulises Ruiz y el muratismo; de los que parece un cliché con sus políticas corruptas y de saqueo, de lo que ya ha advertido la cuenta pública con el desvío de muchos millones de pesos destinados para la infraestructura y la obra social; pero aún se sigue presumiendo de los apoyos “nunca vistos” para Oaxaca. Nadie será tan tonto para hablar de los desvíos de estos fondos públicos.
Tampoco se ha dicho nada de los reclamos que hacen los trabajadores del gobierno por falta de material y materia prima para hacer sus tareas. Estos reclamos los vienen haciendo desde que empezó el régimen morenista, así como el cumplimiento de promesas que le hicieron antes y después de asumir el poder. Ahí está el caso de Coicoyán de las Flores que desde hace dos años el gobernador fue a ofrecerles la construcción de una carretera, por lo que llegaron a plantarse esta semana que acaba frente al palacio de Gobierno para exigirle el cumplimiento de la obra.
Así hay infinidad de casos, de minutas, compromisos y promesas que se van acumulando según el gobernador vaya recorriendo el territorio con sus gozonas y folclor. De la inseguridad y la criminalidad que mantiene exacerbada a la comunidad, nunca el gobierno hace referencia, así las ejecuciones sean en la misma capital del Estado, como el que acaba de ocurrir este viernes en la mañana en la central de abasto, donde hace poco soldados, guardia nacional, la Fiscalía y policías estatales y municipales llevaron a cabo un operativo contra la mendicidad y viciosos de la zona. De las ejecuciones que están a la orden del día, como ocurre en el istmo de Tehuantepec, tampoco se dice nada.
Como el huracán Erick ya se disolvió y ya no hay ningún interés en tomarse la foto enlodándose los zapatos, el gobernante y su gabinetazo, poco a poco también se van separando y olvidándose de las condiciones en que seguirán viviendo las victimas del meteoro.
Son long raza.