Expolición / No son iguales… pero se parecen mucho / Amado Sanmartín Hernández

Expolición / No son iguales… pero se parecen mucho / Amado Sanmartín Hernández
Expolición
No son iguales… pero se parecen mucho
Amado Sanmartín Hernández


De todos los males que padece Oaxaca, no podría precisarse cuál sería el peor, pero sería catastrófico que todos ellos formaran un coctel de hipercrisis social. Hay muchos temores fundados que advierten que Oaxaca no es el panorama que todos los días predica el gobierno de izquierdistas adoctrinados para esconder la realidad a través de una filípica que contrasta con el escenario de subdesarrollo y de un atraso desastroso que se observa en todo el Estado, comenzando con una ciudad sucia, sin servicios, caótica, como una postal de un mercado persa con vendedores callejeros, con niños y desocupados dispersos por el centro histórico. Gobierno del Estado y el Ayuntamiento central no han podido hacer una capital decente, tranquila y segura, con una delincuencia desbordada por todas partes; sería esta última el peligro que le quita el sueño a los oaxaqueños, pero también, lo que menos preocupa combatir al gobierno, como si  fuera parte de esa simbiosis que no permite a la gente siquiera asomar las narices, porque en sus propias casas son victimas de esta oleada delincuencial. Qué otra crisis aqueja a los oaxaqueños, cuando además de encontrarse rodeados de lobos, el gobierno con discursos hiperbólicos y decretos draconianos -como la suspensión de cientos de trabajadores del gobierno del Estado-, se consagra en abanicar los conflictos y problemas mas urgentes, ante el desconocimiento no solo de oficio sino de la problemática de la población, la que considera estar solucionando con “gozonas” y el derroche presupuestal en guelaguetzas por todo el Estado y durante los 365 días del año. Las pasadas fiestas de los lunes del cerro, le costaron al pueblo 162.12 millones de pesos, solo para que la elite en el poder fuera exhibida en todas las marquesinas del planeta.
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EL gobierno morenista de Oaxaca, trata de ser diferente a otros regímenes, pero entre su falta de talento e imaginación, no hace mas que seguir sus pasos, por mas esfuerzos que realice se advierte su pobreza y falta de oficio para manejar los destinos de un Estado que parece condenado a vivir siempre convulsionado socialmente, realidad que neciamente se rehusa a ver y menos a aceptar una elite cuyo propósito fue llegar a la punta de la pirámide bajo una engañosa y perversa campaña de luchadores sociales, cuando en realidad no son mas que la continuidad del ulisiato, cuya memoria parece estar prohibido mencionar en esta administración. Ninguno de los que están en el poder puede negar  su relación  con el criminal de lesa humanidad a cuyo lado permanecieron durante el movimiento social del 2006. Era tanta la admiración y el respeto hacia el “chacal de Chalcatongo”, que cuando mencionan a los regímenes que desastraron a Oaxaca, solo se refieren a José Murat, Gabino Cue y Alejandro Murat; ni por equivocación mencionan a Ulises Ruiz. Esa fue la “lucha social” en la que participaron los que ahora se asumen como izquierdistas y que gobiernan Oaxaca. En este régimen morenista parece haberse detenido la máquina del tiempo pues es un descarado remedo del lopezobradorismo y de los gobiernos pasados de Oaxaca. Los mismos usos y costumbres del priato, que aunque presumen de ser diferentes, en realidad tienen mucho parecido. Aquí, el combate a la delincuencia y a la corrupción no han tenido resultado, y ya varios funcionarios no han esperado a que acabe el sexenio para demostrar el fruto de su rapiña. Nada de austeridad juarista; ya han empezado a faltar millonarias sumas en las arcas públicas; ya empiezan a mencionarse nombres de funcionarios relacionados con la aparición de lujosos desarrollos inmobiliarios en zonas de gran plusvalía, aunque aparte de las raterías, podría ser otro cartel del despojo. Y del nepotismo… de parientes del gobernador, del secretario de gobierno, del brujo de cabecera del mandatario, el tal Geovani… están llenas todas las oficinas de gobierno. Ya hasta en el ayuntamiento de la ciudad manda un hermano del gobernador. Y si se habla de inseguridad, los asesinatos, descuartizamientos, feminicidios y desapariciones forzadas, asesinatos de niños, asaltos… están a la orden del día. Ahí están Educa, Consorcio, Rosario Castellanos que dan respuesta al número de víctimas que el gobierno morenista se niega a reconocer, y a los que para nada menciona en su conferencia ante una mediocracia que no tiene permitido hacer preguntas que molesten al gobernador. No somos iguales, como los de antes, dice el mandatario, pero se parecen mucho.
So long raza.

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