Visión Política / Cuidemos a la Marina / Por: Fernando Cruz López

Visión Política / Cuidemos a la Marina / Por: Fernando Cruz López
Visión Política
Cuidemos a la Marina
Por: Fernando Cruz López

La Marina Armada de México es, desde hace décadas, sinónimo de honor, disciplina y servicio a la Nación. Su presencia en las costas, puertos y mares no solo garantiza la seguridad marítima, sino también el combate contra flagelos como el narcotráfico, el tráfico de armas y el robo de combustibles. Sin embargo, el lamentable suicidio del capitán de navío Abraham Jeremías Pérez Ramírez, señalado en un caso de presunta corrupción, ha provocado que algunos pretendan manchar la reputación de toda la institución. Eso sería tan injusto como culpar a toda una familia por el error de un integrante.

La Marina ha demostrado con hechos que no es complaciente con la ilegalidad. Basta recordar el operativo del pasado 31 de marzo en Tampico, Tamaulipas: un aseguramiento histórico de 10 millones de litros de diésel robado, armas de fuego y decenas de vehículos. Aquello no fue obra de la casualidad, sino de labores de inteligencia y disciplina militar que frenaron un negocio multimillonario de huachicol fiscal. El decomiso fue celebrado como un golpe contundente contra el crimen organizado, un mensaje claro de que la autoridad está presente.

Es cierto, en toda corporación pueden existir manzanas podridas; el poder económico del crimen organizado tienta incluso a quienes juraron defender a la patria. Pero la diferencia está en que la Marina no encubre, no solapa ni protege a quienes traicionan el uniforme. Al contrario, cada señalamiento es investigado y, si hay responsabilidad, se sanciona. La institución se depura constantemente porque entiende que su mayor capital es la confianza ciudadana.

Hoy es necesario subrayarlo con firmeza: por unos cuantos marinos implicados en graves delitos, no se puede enlodar la trayectoria de una de las instituciones más nobles y respetadas de México. La Marina ha dado la vida de sus elementos en mares embravecidos, en huracanes, en operativos de alto riesgo, en rescates y en tareas humanitarias. Su legado no se mide por un escándalo aislado, sino por décadas de lealtad al pueblo y a la bandera.

Cuidemos el prestigio de la Marina, porque al hacerlo cuidamos también un pilar de la seguridad nacional. La crítica a unos individuos es válida; el desprestigio generalizado sería una injusticia y un error histórico…Sigame en X como @visionpolitica7

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